Vierte todos los ingredientes para el pastel en un bol grande y revuélvelos muy bien hasta obtener una masa cremosa. Reparte la masa en pares de tazones de distintos tamaños y hornéalos a 170 ºC durante 30 minutos con la circulación de aire activada.
Deja que los pastelitos se enfríen un poco y después córtales con un cuchillo toda la parte que sobresalga del borde.
Unta un pastelito de cada par con crema de mantequilla con chocolate. Pega la otra mitad encima y retira el molde de arriba.
Entierra poco a poco el pincho desde el centro de la parte superior de la bola. Cuando llegues al fondo, retira el segundo molde.
Cubre completamente la bola con la crema de mantequilla con chocolate.
Para el glaseado, vierte el azúcar, el agua y la leche condensada en una olla y deja que la mezcla se cueza sin dejar de revolver con un batidor manual. Después agrega la gelatina y el chocolate blanco a la mezcla, que ya ha dejado de hervir. Integra todos los ingredientes con una licuadora de mano. Vierte la mayor parte del glaseado en un bol y reserva un poco en un plato.
Es hora de colorear: aplica unas gotas de colorante alimentario verde en la mitad del plato y algunas marrones en la otra mitad. Revuelve cada color con una cucharita. Ten cuidado de que los colores no se mezclen. Colorea de azul el glaseado del bol.
Sumerge por completo la bola de pastel en el glaseado azul. Después decora el planeta de chocolate con los colores del plato; puedes sumergir la bola parcialmente en los colores o pintarla con tu dedo.