Primero hierve las papas en agua con sal hasta que estén blandas. Escurre el agua, espera a que las papas dejen de echar vapor y luego hazlas puré. Después añade las yemas de huevo y sazona con sal y nuez moscada.
Para la masa choux, hierve la mantequilla con agua y una pizca de sal. Añade la harina y mezcla todo inmediatamente con una cuchara de madera. Deja la olla en el fuego y sigue revolviendo hasta que la masa haya formado una bola. Luego pon la masa en un bol frío. Incorpora el huevo. La masa no absorberá el huevo al principio y se separará en pequeños trozos. Sigue revolviendo hasta que tengas una mezcla homogénea. Luego mezcla esta masa choux con el puré de papas.
Vierte la masa de las papas en una manga pastelera. Coloca un el vaso boca abajo en un plato giratorio y comienza a aplicar la masa en el vaso en forma de espiral. Por último, mete la masa al congelador durante 2 o 3 horas por lo menos.
Saca con cuidado la masa de papa endurecida del vaso y empanízala con pan rallado. Congela la pieza de nuevo durante 30 minutos y luego fríela en aceite durante unos 5 o 6 minutos a 175 °C.
Fríe la carne molida en aceite caliente. Añade el pimentón y la salsa barbecue y deja que se frían un poco. Aparte, asa el calabacín en una sartén y después funde el queso raclette en esa u otra sartén.
Rellena el vaso de papa frita alternando carne molida, calabacín y queso raclette. La última capa tiene que ser de este queso.
Sirve la taza de papa frita con hierbas frescas picadas. Cuando cortes la taza, podrás ver y percibir el aroma de las deliciosas capas.