Vierte la harina en tu superficie de trabajo, forma un pozo y añade dentro la sal, el azúcar, la mantequilla y los huevos. Disuelve la levadura en la leche y vierte la mezcla en el pozo. Después amasa todos los ingredientes hasta obtener una textura suave. Tapa la masa y deja que suba durante 2 horas.
Tras el tiempo de reposo, vuelve a amasar bien la masa. Extiéndela en forma de cuadrado y métela en el refrigerador durante 2 horas.
Mezcla la harina y la mantequilla. Pon la mezcla en una bolsa para congelar alimentos. Extiende la mezcla de mantequilla en forma de rectángulo y métela en el refrigerador para que se endurezca.
Extiende la masa con un poco de harina hasta formar un rectángulo que tenga aproximadamente el doble del tamaño de la placa de mantequilla. Saca la placa de mantequilla de la bolsa y colócala sobre una mitad de la masa. Dobla la otra mitad de la masa por encima. Extiende la masa de manera uniforme hasta formar un rectángulo.
Divide la masa en tres partes y dobla un tercio hacia el centro. Luego dobla el otro tercio por encima. Envuelve la masa en papel de plástico y métela en el refrigerador durante 45 minutos. Repite el proceso de doblar, poner a enfriar y extender cinco veces.
Corta dos separadores de cartón para el molde y envuélvelos en papel de aluminio. Utilízalos para dividir el molde engrasado en tres compartimentos de igual tamaño.
Extiende la masa de hojaldre en forma de rectángulo y córtalo en tiras del ancho de un dedo. Envuelve el chocolate, el cheddar y el caramelo con las tiras de hojaldre hasta formar tres bolas de hojaldre, cada una con un relleno. Coloca las bolas de hojaldre en el molde.
Coloca el molde boca abajo en una bandeja de horno, ponle peso encima y hornea durante 15 minutos a 200 °C con la circulación de aire activada. Reduce la temperatura a 170 °C y hornea el hojaldre relleno durante otros 60 minutos.
Saca los cubos de hojaldre del molde y decóralos con perejil, chocolate blanco y azúcar en polvo de acuerdo a su respectivo relleno.