Mezcla la harina y la leche con el agua. Después añade los huevos, el azúcar y la sal, y mezcla todo con un batidor manual hasta que se forme una masa homogénea. Tapa la masa y deja que se hinche en el refrigerador durante unos 30 minutos. Revuelve bien la masa una vez más antes de cocer las crepas en la sartén. Calienta la sartén y úntala con un poco de aceite. Prepara un total de 11 crepas y deja que se enfríen durante unos 45 minutos, tapadas con un plato.
Para la crema de queso, primero hay que mezclar la gelatina con agua y dejarla en remojo durante unos 10 minutos. Durante este tiempo, bate el queso crema con el azúcar en polvo hasta que alcance una textura suave. Calienta la gelatina y añade 2 cucharadas de la crema de queso y azúcar en polvo. Revuelve bien y luego mezcla el resto.
Forra con cuatro crepas el fondo y los lados del bol más grande, superponiéndolos y extendiéndolos más allá del borde del bol. Luego vierte unas 6 cucharadas de queso crema.
Coloca una crepa en el bol pequeño y rellénala con 2-3 cucharadas de queso crema, fresas y mangos. Dobla la crepa para formar una bolsita. A continuación, llena el bol grande con las bolsas pequeñas.
Añade el resto de las fresas y los mangos al bol y después rellena con el resto de la crema de queso. Dobla hacia dentro las crepas que cuelgan del borde del bol y mete el bol en el refrigerador durante 4 horas. Es mejor colocar un plato encima del bol para evitar que los crepas se abran.
Calienta la crema a unos 70 °C y viértela sobre el chocolate negro picado. Añade también el cacao cernido. Mezcla bien hasta obtener una buena ganache.
Saca la tarta de crepas del refrigerador, retírala del bol y coloca el bol vacío boca abajo en un plato o bandeja plana. A continuación, coloca la tarta de crepas boca abajo sobre el bol y vierte el ganache por encima. Ralla el chocolate blanco sobre el ganache. Una vez que el ganache haya cuajado, coloca la tarta en un plato y decórala con las mitades de fresa.